MÚSICA DESDE EL CORAZÓN CHOCOANO



"A los catorce años, recién salida de la escuela Montessori, escribí mi primer poema, creo que me motivó una ilusión de amor, que se convirtió en mi primer novio. En ese tiempo mi mamá hacía toda clase de vendajes, y yo le ayudaba a venderlos, a criar las gallinas, los pavos; preparábamos caldo de paloma sazonado con las hierbas que recogíamos de la azotea”.

Madolia ha entrenado y organizado más de 10 grupos artísticos. Su primer grupo folclórico, la llevó al reconocimiento en países y continentes en los que nunca imaginó que su música trascendería. Delia Zapata Olivella y su hermano, Manuel Zapata Olivella, el escritor; querían conformar un grupo con cultores del Chocó y lo lograron. La primera presentación la hicieron en el teatro Quibdó, luego en Bogotá y luego nos fuimos de gira por el mundo: Francia, Checoslovaquia, Bielorusia, China, Alemania, España, Venezuela, Panamá, Cuba, Puerto Rico y Portugal, entre otros. “(...) me duele y todavía lo siento, no haber aprendido a ejecutar ningún instrumento musical, aunque en el grupo de Delia Zapata Olivella toqué cununo, llamador, maracas y hasta estuve acariciando la marimba”.

Madolia es compositora, domina la planimetría dancística y es quizá una de las más grandes folcloristas no solo del Chocó sino de Colombia. Su trabajo ha traspasado las fronteras de nuestro país, y le ha merecido galardones a nivel regional, nacional e internacional.
Hoy en día,  la matrona continúa formando cantaores y cantaoras, bailarines y bailarinas con su grupo Asociación Folclórica “Ciudad Quibdó”. Trabaja con 17 niños y niñas entre los 3 y los 8 años, denominado “Semillitas”, que cantan alabaos en distintos escenarios locales de Quibdó, ya sea en Semana Santa, en la procesión de San Pacho o en el concierto al Santo Sepulcro en la catedral San Francisco de Asís.